murió a los ocho años
tras una paliza y una metódica
e inhumana tortura.
Su peso fue leve para la tierra
y su vida, inapreciable al tiempo,
como la primera gota de lluvia
en un sereno estanque.
Recuerda a Naiara cuando medites,
inconsolable, sobre
tu triste e infortunada situación.
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ēgm. 2017
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