17 de marzo de 2014

La sangre y el serrín


La luna mengua,
pájaros blancos en la neblina,
algún ruido,
las experiencias infantiles
viran reviviscencias fantasmáticas,

labios de rosa y fresas
en un espejo empañado,
tal vez ahora no llueva, algún ruido,
noite pecha, cerrada noche,
todo está interconectado

en la realidad de los sueños,
estuve muy lejos, pero ya he vuelto
a estar lejos, prosigo
sin valentía ni indecisión,
allí veo un pato, un dodo,

un aguilucho y un loro
entre la profundidad silenciosa
y el cosmos de la superficie,
las algas crecen, recrecen,
la luna mengua, te desvelaré

entonces mi historia en la otra orilla,
más medran las malezas del recuerdo,
lientas de ansia febril,
y mi amor por él y mi amor por ella,
ved,

vosotros no podríais entenderlo,
¿cómo ibais a poder?
firmes con el sólido pavimento
debajo de vuestros pies,
parloteando en círculos, oh patos,

para secaros después del baño,
más espeso, agar-agar, paradoxia,
entre el nublo y el claror,
me asombra la sordera de estos ciegos,
¿crees que aún llegará a amanecer?

repican los televisores
y la novia va sin bragas
al banquete electoral,
vientos sin nombre en las estepas,
la última vez votó a los rubios

y esta viene a votar a los morenos,
mais non, mon frère,
mal haya quien pretenda ser feliz
rodeado de bestias infelices,
y aquí llegaba nuestro marinero

con las botas naufragadas,
y ella folla como una chiquilla,
el hechicero negó,
pero grita como una mujer,
maltraído por los vientos del mundo,

un güito en la garganta atravesado,
ah mi amigo,
le permite comprender
la superficialidad de los sueños,
trae pues tu cerebro de reptil,

sangre y serrín,
humano y dios, chamán y sacerdote
en el culto a la diosa prostituta,
ya vislumbra la oscuridad,
vano es evitar ser nada,

instituido está en la ley
desde tiempos muy añosos
que en la fiesta de los parduzcos osos
es el más peludo el rey,
rosas de fresa y labios

tras el vaho del espejo,
brancos paxaros,
continentes en colisión,
marietas del Born, jotos del Raval,
veinte ríos y un solo invierno desgarrado,

entre nublado y claror,
hielo turbio prendido en la mirada,
reviviscencias infantiles
pudren los árboles del humedal,
pues todos transmigramos solos, Hank,

pero el lobo ama el aire neblinoso,
antropología de tres en cuarto,
el oráculo ha revelado:
el futuro será mañana mismo
y aunque el pasado ya pasó

aún muerde en el presente
su colmillo depredador,
los subproductos de la subrazón,
como al oasis que oculta el desierto
allá, en el caos longincuo,

puedes pasar a su lado y no verlos,
se encharca lentamente la razón,
senderos como laberintos
en la mano del hombre hueste,
tan solo el dolor te enseña a sufrir,

el ruido, ese ruido,
y después el silencio tan agudo
en la longitud de la luz,
con la puntualidad de la marea,
sed,

creced, eyaculad y decreced,
vomitad,
en el agua la luz ya comienza a virar
y a crecer
desde el musgo y hasta el amanecer,

Casandra bajo las blancas columnas,
olvida los recuerdos imborrables,
no supo jamás callar,
y allí ella y él,
dame amor y sexo ortodoxo,

la disoluta diosa prostituta
bebe ron con sal y miel,
la acechan cazadores de leptones
y expertos en razones infundadas,
fresas de labio y rosas

tras el envés del azogue,
conoció a un cantante famoso
en la gastada barra de un hotel
y sin bragas sigue aún,
ven, vomítame,

la nostalgia es una tarea estéril,
se amortecen los faroles del río,
el olor del fin del invierno
no se parece al de la primavera,
me irrita la ceguera de estos sordos,

dame cien y mil besos pues,
Santiago, Madrid, Zúrich, Barcelona
están bajo la nieve,
el orden es una burla del caos,
espabílate y mira:

el hombre hueste divisa
hilos de humo en la brisa,
la marea se retira
hacia la profundidad de los sueños,
¿crees que aún puede amanecer?

hay matojos en el desierto
y grandes claros en el bosque,
la oscuridad, la oscuridad,
miudiño
polas veigas de Lestrove,

polas campas de Laíño,
aínda chove,
laberintos como heridas
en las olas de hierba lienta,
alza un ojo, hombre-hueste,

tú jamás has visto la oscuridad,
el chamán decapita una sardina
en cinematográfico ritual,
deja la luz encendida esta noche,
tráeme tu visión frontal,

la realidad permanece
detrás de los matorrales,
decreciendo hacia el oscurecer,
creciendo hacia la complejidad,
vomitad,

oíd, escuchad,
¿sabíais algo de un faro extraviado?
buscad en el bar de abajo,
lejos de la polución visual,
olas, viento, voces,

disoluta pordiosera extraviada,
dame alcohol y sexo anal,
dame el perfume del tetraclinis,
ay hermano,
los dientes de una diosa prostituta

hallaron otra forma de morder
en mis pies de fuego,
entre la profundidad de los sueños
y el blancor de la superficie,
alza un ojo, hombrehueste,

a noite abriu,
besos, mil y cien más, desordenados,
ritual, real danza infernal,
la diosa y el chamán
no consiguen dejar de fumar,

tan aburrido en la orilla del río
disparo a las olas,
y no me iré nunca más
si me das lo que necesito,
¿dulce amor y cariñito?

¡sexo ortodoxo y buen vinito!
et pourquoi pas trois, mon frère,
labios de fresa y rosas,
cual suele pasar, yo hago también
unas cosas bien y otras regular,

sangre en los cuerpos cavernosos
y en la sesera, serrín,
algún tenue ruido,
he aquí la máquina humana,
con tan fríos e indiferentes ojos,

que sé que ni Casandra me creerá,
los ojos del viejo perro traidor,
verdes, lengua, dientes,
bourbon, cerveza y sexo anal,
roja, a lo lejos, se oxida una flor,

ved,
parajes que tan solo el tiempo ha visto,
luz, singularidades del abismo,
en la fractal fascinación
por los espejismos del ritmo,

y aunque resbalo en el limo
sigo la misma senda de basalto
de estos gigantes antiguos,
no parece que ahora llueva,
ahí un ruido

.
ēgm. 2014