28 de enero de 2022

El caminante, el petirrojo, el río



Arriba, entre el follaje, oculto, el petirrojo;
abajo, en la maleza, —solo un susurro— el río.
Los oye el caminante que, en dudas, no adivina
si trinan y murmullan, el ave y la corriente,

de los lejanos valles que el agua ha atravesado
o de los altos árboles que el pájaro visita,
o bien si, a un tiempo, ambos al paseante hablan,
en sus arduos lenguajes, y, a una, le interpelan:

«¿Qué haces, caminante; a dónde va tu vida?»
El caminante sigue —perplejo— su camino,
un turbio pensamiento vertiéndose en su mente:
«¿Qué haces, pobre hombre; a dónde va tu vida?»

Oculto entre el follaje aún canta el petirrojo,
envuelto en la maleza susurra suave el río.


egm.2022

15 de enero de 2022

Peroración… etc., 2



A doña No y al capullo que la chingó


Puedes,
puedes creer tus propios pensamientos,
puedes creer a tu psiquiatra.


Escrutas la luz y el aire
y miras a través de la verdad
sin llegar a verla nunca.


El eco de Eco repite
—Pan se ha tragado su flauta—
infatigable: «fango, fango, fango…»


Lienzos de vaho,
muros de humo y cortinas de niebla:
arte para la galería.


Su moral no es tu moral; pero
sí que no la niegas, antes
de perder tus exiguos privilegios.


Corporaciones infecciosas
e infecciones incorpóreas,
y ni siquiera el dinero es real.


Puzle de una sola pieza,
tienes que ser
un poco genial para ser tan simple.


Ovejita descastada,
paces la misma monótona hierba
en otro lugar del prado.


Filosofía unipersonal y
energía higienizada
y latas de atún reciclableadas.


Sombras acechan a las sombras;
dices haber visto
cosas que ni siquiera tú creerías.


Y en la laguna del parque zoológico
los juncos te susurran:
«Sigues teniendo orejotas de asno».


Lágrima en vino,
recuerdo desvanecido de un sueño,
polvo en el fango.


Puedes negar el Universo,
puedes negar el aire y la luz que estás viendo,
puedes.


egm.2022

13 de enero de 2022

Peroración divagatoria en despoblado



Al sr. No y a la mema que lo trincó


Puedes,
puedes negar la mañana y su luz,
puedes negar la Gravedad.


Te llega —en la duna, en la niebla— el eco
mucho antes que la voz,
pero tú ni uno ni otra escuchas.


En algún lugar de Asia Menor
los cañaverales aún hoy susurran:
«Midas tiene orejas de asno».


Incapacidad o sabotaje,
incompetencia o confabulación;
productos aptos para el microondas.


La aplicación espejo de tu teléfono
móvil (celular) te
revela verdades que ya conoces.


Dioses semiconductores,
ídolos de polietileno:
cada época padece su lacra.


Deslumbra mi intelecto
iluminándome con tu ignorancia
y yo mismo me enredaré en tus redes.


Nada o nadie te obliga,
eres libre
de morir flotando en tu propio vómito.


Llueve —mentiras elegantes
y elaboradas falsedades—
sobre el mismo mar hace mil milenios.


Te besa el frío,
te abraza el viento
y el sol ni te devuelve la sonrisa.


Pan desafina en la flauta de cañas
y Eco, entre los narcisos,
solo repite «asno, asno, asno…»


Anoche ninfa sumergida,
hoy libélula en el aire;
mañana, el excremento de algún pájaro.


Puedes creer en las hadas,
puedes creer en dioses  o en la felicidad,
puedes.

egm.2022

7 de enero de 2022

El confín del viento



Estaba yo en las nubes
silbando mi canción
y allí viniste en alas
de toda tu razón.

Tres veces me dijiste
que no, que no y que no,
y luego me mirabas
como quien nada habló.

En el confín del viento
yo golondrina soy;
me niego con la lluvia
y con el sol me doy.

No mires si te miro,
no mires quién miró:
de aire y de miradas
jamás nadie vivió.


Estaba yo en las nubes
y me viniste con
cositas que no eran
y cosas que no son.

Tres veces me dijiste
que no, que no y que no;
ahora no me digas
que lo entendí mal yo.

En el confín del viento
tal vez aún estoy;
vencejo, vuelo y danzo
y luz al sol le doy.

Si miras si te he visto,
verás quien no te vio:
de aire y de miradas
jamás nadie vivió.


En el confín del viento
—no mires— ya no estoy.
Me fui con las tormentas,
con los granizos voy.

Tres veces me dijiste…
tres veces digo yo:
De aire y de miradas
jamás nadie vivió.

egm.2022